Amigos de esta buena comunidad, les envio el otro relato.
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Un día, quedamos de salir, tomarnos unas cervezas y fumar algo de mariguana.
Eramos Lucía, Pipe y yo. Nos encontramos en el parque El hedonista,
ya estaba curtido por el olisque a maracachafa y la cerveza fría
refrescaba una noche calorosa, de un día frenético, sudado y jodido
para los trabadores donde todas partes.
Compramos cervezas y nos sentamos. Se escuchava la música,
había toda clase de personajes, ropa, colores, voces, formas, y
nosotros hacíamos parte del zológico. Mi amigo era un loco,
no paraba de hablar, de enfatizar, de argumenta, no había
duda que nos quería convencer de algo,
nosotros sabíamos a que se refería.
Al principio su mujer y yo nos miramos, sonreimos.
Nos causaba gracia la pasión con la que
hablaba de la política y la sociedad colombiana,
al final terminó por convencernos.
Llevaban poco de conocidos.
Nos fuimos para un bar,
luego el hombre salió
- a respirar aire puro- dijo-
volvió con un gran porro,
y la nariz enmaizenada
impregnando cada una de las esquinas
y paredes de aquel antro a dulce.
Nos sacaron, Lucía lo miraba
feo por la vergüenza.
Pipe estaba cagado de la risa, nos decia:
-Si vieron la cara de todos eso maricas,
cuando entré- Se reía y se reía-
Nosotros, hacíendonos los serios,
terminamos sucumbiendo y
olvidado el asunto
Pipe la cagaba pero
era imposible no gozar con ello.