¿Por qué fumo? Me preguntaron hoy en la calle.

Fumo porque mis sueños van tan lejos que me río y soy feliz aunque sepa que el mundo “normal” esta hecho un asco.
Porque el humo que respiro es tan puro que casi disimula la contaminación de tus nocivos gases.
Porque mi cuerpo se relaja tanto que sólo quiero acostarme a tocar la tierra y conectarme con la naturaleza.
Porque mi alma se libera de la cárcel del cuerpo y sale a bailar al compás de una nube de humo, y vuela tan lejos y sube tan alto que el más mínimo roce de aire la invita a danzar.
Porque mi mente logra observar cosas que a simple vista no son visibles, eso que muestra la naturaleza para salir de la ignorancia y crear conciencia, por que veo esos pequeños detalles que realmente importan.
Porque mi ser se eleva más alto que tus edificios y tus luces artificiales, y tu contaminación es apenas un charco en el bosque inmenso de mis sensaciones.
Porque mi “involución” dices vos, me lleva tan lejos de tu llamada “evolución” que puedo vivir con lo que me provee la naturaleza, tan feliz y tan saludable que no necesito de medicinas “modernas” porque la verdadera medicina moderna ha estado desde el principio de la creación y se encuentra en lo natural.
Porque tengo la mejor cura para el cuerpo, pero mejor aún, para el alma. Y si el alma está saludable el cuerpo está en armonía.
Porque puedo estar en paz, puedo ser feliz, porque olvido la realidad, porque pienso, porque observo, porque río, porque aprendo, porque siento, porque escucho; pero lo más importante, PORQUE VIVO NATURAL.
Por eso fumo, por eso cada día me acompaña un plond de Maria Juana.
Pero recuerdo siempre que si no se creo conciencia no sirve de nada el humo.