Fue gracias a otro de mis grandes amores que llegó a mi vida, tan oportuna, tan misteriosa. Él me la presentó, y bajo la luna y las estrellas la hice mía, y ella me hizo suya. Tanto la había esperado, no lo podía creer, me dije, ¡En realidad es como volar! Volar sin tener alas, ni preocupaciones, cuando estoy con ella todo sale bien, divertido, y yo soy feliz a su lado.
Con el tiempo, he aprendido a conocerla, a valorarla cuando no la tienes, pero lo más importante, a disfrutarla cada día, evaporarme junto a ella de este mundo lleno de prejuicios.
Sólo busca complacerme, en todo momento. A veces es caprichosa, pero aún así, es la más comprensiva, siempre está para mí.
También me ha enseñado mucho de la vida, he aprendido a ver las cosas diferentes, a tomarme la vida con calma pero, sin desaprovechar las buenas oportunidades. Con ella estoy tan activa que siempre terminamos preparando y comiendo los platos más deliciosos y exóticos, debo decir, para terminar acostandonos juntas a dormir como dos morsas enamoradas
Y cuando estoy enferma, me cuida como un ángel, alivia mis dolores con un beso inigualable.Pero, lo que más valoro de esta princesa misteriosa, es que no le importa si a veces debemos esperar mucho tiempo para estar juntas pues sabe que, lamentablemente, nuestra relación no es muy aceptada y me puede causar problemas. Sin embargo, esto no nos importa ni nos separará, juntas lucharemos para que algún día la ignorancia se acabe y podremos ser felices por fin ¡Hasta el final de nuestros días! Por esto y mucho más, quiero compartir mi cariño hacia ella, en nombre de todos a quien nos hace tan felices.
El fuego y el humo, Sativa, harán de nosotras la más grande nube de risas. Esta noche, como todas, me besarás y te abrazaré, me dejaré llevar una vez más por tu encanto de cristales, bajo el sol del amanecer y junto al cielo que me invita a fumarte, para que volemos juntas de la mano, sin que nada ni nadie nos pueda molestar.