la legalización de la marihuana Charlotte's Web

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Los pasos que han ido dando algunos territorios de Estados Unidos, y el enorme avance de la marihuana como remedio contra los efectos de ciertos trastornos crónicos, podrían traer consigo un hito en la historia del cannabis si finalmente el Congreso de la nación norteamericana aprueba la legalización de una variedad con altas dosis de CBD, como la famosa cepa 'Charlotte's Web'.

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Hay veces que los políticos no tienen otra opción que rendirse a la evidencia. Ya sean de una u otra ideología, tengan unos u otros prejuicios acerca de la marihuana, si las pruebas empíricas y científicas vienen a demostrar que esta planta posee elementos beneficiosos para tratar distintas enfermedades crónicas, no les queda más remedio que tomar cartas en el asunto para que los pacientes puedan acceder a dichos tratamientos. A día de hoy nos encontramos ante esta tesitura.
De un tiempo a esta parte, las autoridades de diversos estados norteamericanos vienen señalando el camino a seguir, pero ahora es la Cámara de Representantes de Estados Unidos, al final, la que va a debatir una propuesta de ley para despenalizar una variante de la marihuana que, como ha sido probado, puede ayudar a combatir los síntomas de ciertas enfermedades. El diputado republicano Scott Perry ha planteado a sus colegas "excluir el cáñamo terapéutico y el cannabidiol de la definición de marihuana" que aparece en la Ley de Sustancias Controladas.

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Lo que persigue es sacar el máximo partido al CBD, uno de los compuestos químicos del cannabis que, a diferencia del THC, no tiene propiedades psicoactivas. No obstante, sí que consigue reducir las descargas eléctricas y químicas anormales que sufren los enfermos de epilepsia. Además, tal y como señalan los médicos que ya hacen uso de estos tratamientos con sus pacientes, los efectos secundarios que producen las pastillas o jarabes cuya base es el cannabis son menores que los de los medicamentos empleados hasta el momento. En el caso de los niños, “los pacientes pueden estar risueños o distraerse fácilmente, pero los efectos secundarios de la marihuana son muchos menos que los que tienen el resto de alternativas", asegura Dustin Sulak, un médico osteópata de Maine.

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Por ello, la propuesta de Perry consiste en tratar todas las variantes del cannabis que contengan un 0,3% de THC, o menos, como algo distinto de lo que la ley federal contempla como “marihuana”. Su proyecto, llamado 'Charlotte’s Web Medical Hemp Act of 2014', persigue convertir la cepa 'Charlotte's Web' en un tratamiento más para todos aquellos enfermos de epilepsia u otras enfermedades crónicas. Esta variedad, que contiene bajas dosis de THC pero altas de CBD, ya ha demostrado su fiabilidad. En el caso de la pequeña Charlotte Figi, que le dio su nombre, consiguió reducir hasta el 99% los 300 ataques epilépticos semanales que le provocaba el Síndrome de Dravet.
Así, el objetivo de Scott Perry es que todas aquellas personas que sufran esta enfermedad, o cualquier otra cuyos efectos puedan paliarse con el uso medicinal del cannabis, puedan acceder a los mismos tratamientos que siguió Charlotte Figi. A juicio de este diputado, no basta con que las autoridades de los distintos estados actúen, sino que ha de hacerlo la nación en su conjunto. Solo así se podrá evitar que muchas familias tengas que hacer las maletas, dejar atrás sus vidas y mudarse a Colorado, donde los hermanos Stanley idearon los medicamentos creados a partir de la cepa 'Charlotte's Web', gracias a la permisividad de las leyes.

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“Este proyecto de ley no cambia mi postura sobre la marihuana. Sigo en desacuerdo con el uso recreativo de la marihuana”, dijo Scott Perry en un comunicado. “Sin embargo, estas personas se merecen la oportunidad de llevar una vida sana y productiva y nuestro gobierno no debe interponerse en su camino”. Todas las partes implicadas, como no podía ser de otra forma, apoyan la propuesta. “No podemos permitir que el acceso al tratamiento que permite salvar vidas se determine o se limite por código postal”, afirmaba Philip M. Gattone, presidente de la Fundación para la Epilepsia de Estados Unidos.
No obstante, y pese a que esta propuesta llega en un año en que once estados han aprobado sus proyectos de ley para legalizar el cannabidiol, ha tenido que ocurrir una tragedia para que esta acción se lleve a cabo. Anna Conte, de 9 años, y Olivia Marie Newton, de 3 años, no tuvieron la misma fortuna que Charlotte Figi. Pese a la lucha de sus padres porque tuvieran acceso a tratamientos con marihuana medicinal, al final sus vidas no pudieron salvarse. Como Charlotte, padecían el Síndrome de Dravet, de forma que sufrían multitud de parálisis a lo largo del día, y aunque el estado de Nueva York, donde vivían, aprobó el pasado mes de junio la legalización del cannabidiol, la lentitud burocrática ha acabado por pasar una trágica factura.

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El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se ha puesto en contacto con el Departamento de Salud para acelerar la incorporación de los tratamientos compuestos de CBD en el sistema sanitario. Sin embargo, Cuomo no parece dispuesto a correr el más mínimo riesgo en un asunto tan delicado. “Si se puede acelerar con seguridad, entonces lo haremos”, aseguraba.
Como demuestra el caso del gobernador de Nueva York, a pesar de todas las pruebas aportadas por la ciencia, los legisladores siguen actuando con mucho recelo en este terreno y aún mantienen que son pocos los datos de los que disponen para apostar de forma decidida por la legalización. Ahora es el momento clave. ¿Serán capaces de dar un paso al frente por el bien de sus ciudadanos?
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