
Como ya estaba de noche, dejamos para el día siguiente buscar más, linda sorpresa la que nos encontramos, la temporada de lluvias fué mas que fructífera.


Como pueden ver, en mi inocencia, metí los hongos en un armario con un par de bolsitas de gel silica, lo cual no fué suficiente y se echaron a perder mas de la mitad. A causa de la humedad, unos pequeños gusanitos blancos, se comían y podrían los hongos.

Lo que me llevó a comprar un ventilador de unos 15cm de diametro que fue la solución contra la humedad.
El último dia de recolección, junto con los hongos, recogí partes del estiercol que tenían micelio (pelitos blancos), los puse en un balde, le puse algo de agua en el fondo y lo tapé con un plastico transparente con huecos, para hacer un invernadero improvisado. El crecimiento no se hizo esperar





Con la llegada de los nuevos hongos autocultivados, la familia fue creciendo.

Y si a esto le sumamos, que la misma manga nos premió con otra pequeña recolecta

La cosecha total quedó así.

Me encanta vivir acá!!!


Los hongos nos dieron experiencias psicodélicas a mi y otras 4 personas. Actualmente estamos a la espera de un nuevo brote en estas hermosas montañas.